26 de octubre de 2013

Un póker en Washington


El bloqueo del presupuesto del Estado Federal americano se acabó el jueves 17 de octubre, gracias a la firma del doble acuerdo que hace posible el financiamiento del Estado y el aumento del límite superior de la deuda. El compromiso entre demócratas y republicanos dio lugar al voto del Congreso y a la firma, durante la noche, del presidente Obama. El acuerdo fue firmado in extremis, e impidió que el país se encontrara en caso de impago y así que se desencadene una probable crisis económica de envergadura importante. Sin embargo, el texto es simplemente un aplazamiento, porque el Tesoro Publico Americano solo podrá emprestar hasta febrero 2014 y el Estado Federal será financiado hasta el día 15 de febrero del mismo año.

El mundo lo temía, y los americanos también, ”el shutdown” , o bloqueo del presupuesto americano, omnipresente en las bocas de los geopolíticos y economistas desde ya algunos días , cuando lo creían desaparecido desde 1996, y el primer mandato de Bill Clinton. Finalmente volvió a suceder

18 congelaciones en 42 años. 

En efecto, el shutdown no es una novedad en el país del Tío Sam. Ya hubo 18 otros shutdown en 42 años, y los Estados-Unidos siguen existiendo. A pesar de los riesgos considerables que podrían de nuevo sumergir a la economía americana en la inmovilidad de la crisis económica, es claramente, una falsa partida de póker que se juega en el District of Columbia. 

Como en el famoso juego de cartas americano, efectivamente se tuvo que apostar para esperar ver posibles beneficios de la inversión, o, al contrario, perderlo todo. Sin embargo, en este caso, es el pueblo americano quien al final podría ser sacrificado en el altar de las ambiciones políticas de los diversos partidos. Es evidente que pronto esta parálisis del presupuesto va afectar a los ciudadanos estadounidenses, porque las administraciones, los museos, los parques nacionales e incluso la Casa Blanca están funcionando lentamente , por falta de presupuesto para arreglar sus gastos cotidianos y para pagar sus empleados…

El anacronismo de los Padres Fundadores. 

Las razones de la impotencia administrativa son sencillas y pueden resumirse en dos puntos. El primer es antiguo, muy antiguo, porque nos hace viajar hasta la esencia misma de la Constitución del país, ratificada en 1787, por una convención reunida en Filadelfia, ciudad del amor fraternal. 

Este texto, obra de los “Padres Fundadores” [así se les llaman los “Padres” de la Independencia militar e ideológica de los Estados-Unidos], es claramente fundada en la separación estricta de los poderes. Aunque el poder americano se resuma, muy a menudo, en la figura del presidente, finalmente es solo la parte emergida del iceberg que contempla el mundo. Efectivamente, los contrastes son fuertes entre los Estados de la Unión que disponen de un clima, de una economía, de una populación e incluso una historia diferente. 

Es por eso que el país entero se construyó con 50 piedras únicas, y que la Constitución decidió separar, hasta la fractura, los poderes entre el Presidente del Estado Federal y su Cámara de Representantes, en donde cada miembro lleva el estandarte de su propio Estado. A fin de garantizar este pragmatismo local, los “Padres Fundadores” estipularon que los mandatos sean breves, con un país en elecciones presidenciales o parlamentarias cada dos años. Estas instituciones casi anacrónicas fuerzan el Congreso y la Casa Blanca a parlamentar. 

“Todo excepto el Obamacare”.

Agregue a estas instituciones complejas las acciones de la Tea Party y usted comprenderá la crisis actual. Esta ala derecha del partido republicano, cuyo nombre recuerda la Boston Tea Party, acto de bravura de la lucha para la independencia del país, quiere intimidar. Efectivamente, para estos conservadores el 17 de octubre es una fecha clave, día en el que el Congreso tiene que votar el aumento del límite superior de la deuda, lo que no sería posible sin un acuerdo sobre el presupuesto por lo consiguiente los Estados-Unidos podrían ser declarados en suspensión de pagos con todas las consecuencias que todo eso tendría sobre la economía nacional. 

Esta Tea Party ha diseñado la estrategia republicana desde algunos años estando francamente hostil al Estado federal, y al luchar íntimamente contra las ayudas sociales, vistas como caridad que el contribuyente debería pagárselas. Esto es una verdadera “cruzada ideológica” como dijo Barack Obama, porque los elegidos del Tea Party siguen soñando en poner fin al Obamacare, la reforma de salud, obra maestra del mandato del 44a Presidente de los Estados-Unidos. Paralelamente a esto, también son las elecciones internas del partido republicano que están en la línea de miro de esta ala conservadora, con el objetivo ambicioso de ganarlas para que el partido se incline más a la derecha. 

Barack Obama y su vicepresidente Joe Biden, denunciando la "cruzada ideológica" de los Republicanos al Congreso.

¿Póker de ases para BaracK Obama? 

¿Las cartas de la Tea Party no parecen realmente sorprendentes pero qué suceden con las de Barack Obama? Tenemos que admitirlo, a pesar de los numerosos riesgos, el sutdown podría también haber sido hábilmente planificado por la Casa Blanca, tanto parece ser útil a Obama. El Presidente lo repitió varias veces, esta “cruzada ideológica” de los conservadores afecta realmente a los americanos y este bloqueo es una verdadero rapto de la economía del país, según el nativo de Honolulu. Al afirmar en las redes sociales e incluso en sus discursos su voluntad de negociar y su gran apertura de espíritu, el Presidente intenta ridiculizar una Tea Party egoísta, y al mismo tiempo, intenta desacreditar a los Republicanos para las próximas elecciones parlamentarias con el objetivo de recuperar la mayoridad en las dos cámaras. 

La estrategia de la Casa Blanca es clara, denunciar la falta de seriedad de los Republicanos, quienes, al jugar la carta del “todo excepto el Obamacare”, serían dispuestos a sacrificar millones de americanos para obtener esta victoria que tanto desean. Navegando sobre los sondeos bastante buenos (44% de buenas opiniones, contra solo 17% para el Congreso), Obama parece estar en posición de fuerza. 

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